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Entrevista a dos mujeres enólogas en el Día Internacional de la Mujer

Marta y Maria Elena en la cava

Parés Baltà es una bodega que se expresa en voz de mujer, y donde pasión, herencia, tradición e innovación van cogidas de la mano.

En el día Internacional de la Mujer, queremos compartir con vosotros la visión de nuestras enólogas, María Elena Jiménez y Marta Casas, que desde su incorporación a la bodega han jugado un papel clave, manteniendo el legado del abuelo, cultivando los viñedos de forma ecológica y revolucionando no sólo los métodos de vinificación y viticultura, biodinámica desde 2013, sino también la percepción y la calidad de los vinos Parés Baltà.

Maria Elena y Marta, mujeres enólogas.

Sabemos que los mejores vinos son el resultado de una relación equilibrada entre los humanos y la naturaleza, y que trabajar el viñedo en armonía con el ecosistema nos da vinos con origen, que representan la esencia del lugar y del tiempo donde nacen. Elaboramos nuestros vinos con la mínima intervención, como resultado, obtenemos unos vinos y cava que expresan la naturaleza de los viñedos donde crecen.

Maria Elena Jiménez y Marta Casas

Maria Elena Jiménez y Marta Casas, mujeres enólogas.

¿Cómo os interesasteis por el mundo del vino?

Maria Elena: A pesar de que puede parecer cursi, el amor fue la razón de mi interés. Mi marido, que entonces solo era mi novio, fue el que me introdujo en el mundo del vino e hizo que me enamorara de él. Yo soy Ingeniera Química y cuando conocí a mi marido estaba trabajando como consultora. Él me propuso volver a la Universidad, estudiar Enología y empezar a trabajar juntos en la bodega familiar. A mí me pareció perfecto, y así lo hice. Desde entonces, todas las piezas han ido encajando, hasta llegar donde estoy ahora, donde combino con pasión mi papel de esposa, madre y enóloga, gestionando el día a día en bodega, junto con mi cuñada Marta.

Marta: Cuando estaba estudiando Farmacia en la Universidad de Barcelona, conocí a Josep, que sería mi futuro marido. Con él llego mi interés por el mundo del vino. Josep me introdujo en este mundo a través de catas, y ya de casados, viajamos a regiones vitícolas de todo el mundo, mi pasión fue incrementándose a medida que pasaba el tiempo y descubría más cosas, y con el apoyo de Josep y mis cuñados, decidí estudiar Enología. Tras estudiar Enología en la Universidad, me incorporé a la bodega, junto con mi cuñada María Elena. Y unos años más tarde, estudiamos Biodinámica, el tipo de viticultura más respetuoso con el planeta y las plantas, y que forma parte de mi vida diaria – no sólo en el trabajo, si no en el día a día, pues es una filosofía que va mucho más allá de la agricultura. El punto romántico de la historia es que uno de nuestros vinos, Marta de Baltà, lleva su nombre en mi honor. Mi marido me propuso casarme con él, y a la vez, dedicarme este vino. Fue muy romántico, y acepte ambas peticiones. La anécdota de la historia es que yo nací en una familia que tenía un pequeño viñedo del cual elaboraban vino para su consumo propio. Era el hobby de mi abuelo. Ahora me doy cuenta que el vino corría por mi sangre desde bien pequeña.

Describe tus desafíos como enóloga en una industria predominantemente masculina. ¿Sigue siendo un problema o simplemente un viejo estereotipo?

Maria Elena: Creo que los retos de una mujer enóloga son los mismos con los que puede encontrarse cualquier mujer trabajadora en el transcurso de su carrera profesional: las dificultades para alcanzar un cierto nivel de responsabilidad, falta de confianza en la opinión de las mujeres… Muchas mujeres trabajan en el mundo del vino pero muy pocas tienen un rol directivo.

¿Cuál ha sido la parte más difícil en cuestiones de género, si es que ha habido alguna?

Maria Elena: Incluso teniendo la suerte de contar con el respaldo de la familia, la confianza pública y el prestigio no es fácil de conseguir para las mujeres. Tras años de trabajo constante y esfuerzo puede llegar, pero sin duda los hombres lo logran con más naturalidad, aunque con el mismo esfuerzo.

¿Cómo crees que evolucionara la posición de las mujeres en el sector del vino en los próximos 10 años?

Maria Elena: La presencia de mujeres irá aumentando en algunos departamentos pero no tanto en la vinificación o tareas de campo, lamentablemente. No veo, a corto plazo, una mejora en la lucha por la igualdad entre hombres y mujeres.

¿Qué consejo les darías a las mujeres jóvenes que quieran seguir una carrera en el sector del vino?

Marta Casas: Un enólogo debe conocer todos los aspectos del proceso de elaboración del vino, desde el viñedo hasta el consumidor final y ser capaz de adaptarse a las circunstancias cambiantes. También debes ser un buen catador de vinos. Es una carrera que implica sacrificios y hay que apasionarse por ella. Debes amar lo que haces porque sin pasión y amor, los vinos no podrán expresar todo su potencial.

¿Cuál es la situación más sexista que recuerdas desde tus inicios en el mundo del vino?

 

Marta Casas: Fue hace 18 años. Fui a una de las ferias del vino más importantes y me encontré con un chico que conocía del instituto. Yo ya era enóloga de Parés Baltà pero él pensaba que yo era la azafata. Hoy en día la gente entiende mejor que una chica pueda ser enóloga, pero al principio era un desafío presentarme como enóloga. Solo tenía 26 años.

¿Es posible identificar un «toque femenino» distintivo en los vinos que crea una mujer?

Maria Elena: Cada enólogo tiene un toque personal que tiene que ver con su personalidad y filosofía, como ser humano y no como parte de un grupo tan heterogéneo como el de sere hombre o mujer. No creo que nadie pueda reconocer en una cata a ciegas un vino elaborado por una mujer.

Existe la opinión de que las mujeres son mejores catadoras de vino que los hombres. ¿Estás de acuerdo?

Maria Elena: Como regla general podría ser, porque las mujeres suelen ser más conscientes de todos sus sentidos, mientras que los hombres tienden a estar más enfocados en la parte visual. Sin embargo, si hablamos de personas relacionadas con el mundo del vino, estamos hablando de personas formadas en la detección de gustos y aromas, por lo que esta diferencia desaparece. Creo que tiene que ver más con el conocimiento que con la parte genética de cada individuo.

¿Qué buscáis al hacer un vino?

Maria Elena y Marta: Equilibrio y complejidad. En Parés Baltà la elaboración del vino es un trabajo en equipo, por eso nuestros vinos muestran una parte de cada uno de nosotros.

¿Cuál es vuestra filosofía de elaboración y qué estáis intentando conseguir con vuestros vinos?

Maria Elena y Marta: Nuestros métodos de viticultura, biodinámica, y de vinificación, mínima intervención, se esfuerzan en reflejar la personalidad de nuestros viñedos de manera honesta, logrando el máximo potencial de nuestras uvas, sin utilizar ningún tipo de aditivo o sustancia química, para conseguir unos vinos sinceros y que representen el lugar de su origen.

¿Cuál es tu objetivo como enóloga?

Maria Elena: Transmitir las sensaciones que sentimos cuando estamos en el viñedo. Que la gente que toma nuestros vinos los disfrute, y les brinden momentos especiales.


Maria Elena y Marta están creando vinos contemporáneos llenos de carácter y equilibrio. Te invitamos a que pruebes sus vinos y te transportes al Penedès.

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