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Una familia de viticultores

Elaboramos vinos y cavas ecológicos que nacen de nuestra pasión por lo natural

Parés Baltà ha sido siempre una pequeña bodega familiar vinculada desde sus orígenes a la viticultura y a la agricultura, en la que todos sus miembros están implicados.

Desde 1790

La historia de Parés Baltà empieza en el siglo XVIII, siendo en el año 1790 cuando se plantaron los primeros viñedos en la finca que rodea la casa solariega donde está ubicada nuestra bodega, en la región del Penedés.

Hoy, nuestro objetivo sigue siendo el de nuestro abuelo: elaborar vinos y cavas de calidad, ecológicos, llenos de salud y que hablen de las tradiciones y costumbres de nuestra tierra.

La nueva generación 

Tres generaciones de viticultores dedicados a la agricultura ecológica y biodinámica.

Son Joan y Josep, la tercera generación de la familia Cusiné, los que están al frente de la bodega. Cuentan con la ayuda incondicional de sus padres, Joan y Maria Àngels, y de sus esposas, María Elena y Marta; dos mujeres que se enamoraron de los hermanos a la vez que lo hacían del mundo del vino, convirtiéndose así en las enólogas de la bodega familiar por más de 20 años.

Nuestros valores e ilusiones han ido invariablemente ligados al respeto por la naturaleza y al cuidado de nuestro entorno. Éstos son el legado familiar heredado de la primera generación de la familia, Joan Cusiné Hill y Rosa Cusiné.

La persecución de un sueño

Elaborar vinos de la máxima calidad

El abuelo Joan, Joan Cusiné Hill, nació en el año 1917 en un pequeño pueblo del Penedés. Hijo de una familia de viticultores, dedicó su vida al cultivo de la vid. Empezó a trabajar a los 7 años y se podría decir que nunca se jubiló, con 80 años aún ayudaba a supervisar el trabajo vitícola llevado a cabo en las fincas.

Con la ayuda incondicional de su esposa Rosa Cusiné, trabajaron codo con codo para dejar el mejor legado a sus nietos. Éste fueron no sólo unos viñedos cultivados de forma ecológica desde sus inicios, sino también unos valores familiares inquebrantables: amor por la naturaleza, honestidad, esfuerzo y coraje.

Su hijo, Joan Cusiné Cusiné, tomó el relevo durante los años 80. Elaboró el primer vino blanco, el Blanc de Pacs, un vino que se ha convertido en un clásico de la bodega y que todavía hoy seguimos elaborando. Su esposa Maria Àngels Carol, ha estado siempre al lado de su marido, ayudándolo a conseguir que los vinos y cavas de Parés Baltà sean reconocidos y admirados en todo el mundo.

La consolidación de la filosofía familiar

Actualmente, son Joan y Josep quienes, manteniéndose fieles a su abuelo y a su padre, siguen elaborando vinos y cavas ecológicos y biodinámicos de gran calidad, capaces de despertar emociones y siempre con la premisa de dejar la tierra que han heredado en perfectas condiciones para futuras generaciones.

Para ello, trabajamos nuestros viñedos con viticultura biodinámica, un tipo de agricultura que va un paso más allá de la ecológica: fomentamos la biodiversidad, usamos plantas que curan plantas y creamos las condiciones perfectas para que sea la naturaleza la que decida en cada momento lo que necesita.

El reto de la tercera generación

Unir tradición con innovación.

A inicios del siglo XXI, Joan y Josep se casaron con la ingeniera química María Elena Jiménez y con la farmacéutica Marta Casas, respectivamente. El amor por la viticultura y por el mundo del vino de los hermanos fue determinante para que sus esposas decidieran formar parte de la bodega familiar.

Fue después de vivir de primera mano la que sería su primera vendimia, cuando ambas decidieron estudiar la carrera de enología en la Universidad Rovira i Virgili, para posteriormente unirse al equipo como enólogas principales. Su reto más importante desde entonces: unir tradición con innovación.

Con María Elena y Marta llegó la revolución en Parés Baltà. Con ellas, se elaboraron nuevos vinos, se tomaron decisiones trascendentales como hacer la vendimia en verde en algunos de nuestros mejores viñedos, se experimentó con nuevas técnicas de vinificación en ánforas de arcilla o en damajuanas y se empezaron a recuperar variedades locales casi perdidas como la Sumoll, la Malvasia de Sitges o la Cariñena Blanca.

«Nuestro objetivo sigue siendo el del abuelo, elaborar vinos y cavas de calidad, llenos de salud y que hablen de las tradiciones y costumbres de nuestra tierra.»