Empezamos el año 2024 tristes, pensando que este año tampoco tendríamos lluvias, pero en marzo comenzó a llover, y lo hizo bien, con esa lluvia que va calando y no hace daño, ni erosiona el suelo ni perjudica a nadie.
Las estaciones que observamos para determinar las lluvias son las que tenemos más cerca de nuestras fincas (Sant Martí Sarroca, La Bisbal del Penedès, La Llacuna y Font-rubí) y estas nos indican unas lluvias durante el mes de marzo de entre 60 y 90 l/m², dependiendo de la zona.
Ha sido una primavera y un inicio de verano muy bueno. Hay que decir que muchas plantas ya estaban muertas debido a la sequía de los últimos años, pero las que estaban al borde del abismo, han revivido con fuerza.
Gracias a las lluvias que tuvimos desde el mes de marzo hasta el mes de junio, casi 300 l/m², las plantas se veían más vivas y tenían más fuerza que en los últimos 3 años de sequía extrema. Recordemos el dato pluviométrico del período octubre 2023-enero 2024: unos escasos 60 l/m².
Comenzamos junio con una granizada muy severa, que afectó a muchos agricultores vecinos. Nuestras viñas afectadas fueron pocas, pero eran parcelas importantes; el macabeo de Cal Jepet y el xarel·lo de Cal Miret.
También a principios de junio empezamos a sospechar que sería un año de mildiu: la simultaneidad de la lluvia y las altas temperaturas – lo que ahora se conoce como la tropicalización del clima – hace que esta humedad cree la situación ideal para la propagación del mildiu y el oídio, incluso con la uva todavía verde, debido a la presión cinegética forestal (animal tipo jabalí o corzo que ataca el cultivo para alimentarse y como consecuencia destroza el fruto y a menudo la planta).
El mildiu lo que hace es secar las hojas, las cuales ya no realizan la fotosíntesis y por tanto resta capacidad de maduración a la planta en sí. Cuando el hongo llega a la uva, seca la uva y ya no hay jugo. Se convierte en una pasa. El dato positivo es que este año la uva no ha sufrido quemaduras por exceso de sol y calor, ya que el follaje de las cepas era bastante frondoso debido a las lluvias y al vigor de las plantas.
La última semana de julio y los primeros días de agosto, en el Penedès, sufrimos una ola de calor con temperaturas entre los 38 y los 40 grados, sostenidas durante tres o cuatro días. Las altas temperaturas hicieron que el fruto madurara más rápido de lo que pensábamos previamente.
Así pues, el 6 de agosto, comenzamos la vendimia más temprana de la historia de Parés Baltà, y lo hicimos con las variedades para elaborar base cava, ya que para poder calificar el vino como cava, la DO marca una limitación de grado a 12,5º.
A día de hoy, 3 de septiembre, la vendimia continúa y en respuesta a la pregunta más insistente: la producción de uva es bastante similar a la cosecha 2023, con pérdidas bastante drásticas, pero esta vez no por sequía sino por mildiu y oídio.
De momento, en la bodega ya podemos empezar a analizar los vinos, y los resultados nos gustan:
Grados: bajos
Colores: espectaculares
Taninos: suaves
Aromas: intensos.
Seguiremos informando.