Diario de Vendimia
2 de septiembre, 7 de la mañana: comienza la vendimia del Macabeo en Parés Baltà.
11 de octubre, 6 de la tarda: celebramos el último día de vendimia que recordaremos como excepcional.
La 2019 ha sido una vendimia larga, intensa – como lo son todas-, y muy ilusionante. Ha sido una añada de mucha expresión aromática y de la cual obtendremos vinos que recordaremos.
Climatología durante el ciclo vegetativo
Siguiendo con el cambio de tendencia general que ya vimos durante el 2018, la meteorología nos ha favorecido durante el ciclo vegetativo del 2019.
Ha sido un año bastante típico (obviando los últimos 4 años) climatológicamente hablando. Durante el otoño del 2018, octubre y noviembre, tuvimos muchísima precipitación (aprox. 250 mm) en cada estación meteorológica del total del sumatorio del ciclo anual. Precisamente fue esta precipitación la que dio las reservas adecuadas para que durante la primavera la planta brotara bien, favorecida también por unas precipitaciones de unos 50 litros durante el mes de abril.
En cuanto a la viticultura, la climatología nos ha respetado el trabajo de campo y el crecimiento vegetativo; las plantas tenían reservas de las lluvias de otoño y primavera y el verano ha sido benévolo en cuanto a temperatura, a pesar de alguna ola de calor a inicios de agosto, pero con temperaturas normales para la época durante el resto del verano.
En algunas zonas vitícolas del país, como el Priorat, se sufrió un sobrecalentamiento durante el mes de junio, provocando quemaduras en la uva cuando todavía se encontraba en estado fenológico primerizo.
La maduración ha sido escalonada en el tiempo y en variedades, lo que ha provocado una llegada de la vendimia en fechas más habituales, como en las añadas 2012-2013, que también recordamos como excelentes.
La planta se ha desarrollado con mucho equilibrio vigor-fruto, y por fin hemos podido disfrutar de una producción razonable y de muchísima calidad.
Climatología durante la vendimia
El efecto de tener una meteorología sin estridencias ha comportado que la vendimia se alargara casi dos meses, sin prisas pero sin pausas, y con una sanidad excelente.
Las variedades autóctonas para el cava han vuelto a vendimiarse en fechas en que lo hacían nuestros abuelos.
Empezamos la vendimia con la variedad local, Macabeo, que se empezó a vendimiar después de la Fiesta Mayor de Vilafranca del Penedés (29 a 31 de Agosto), como se hacía históricamente.
El xarel·lo, la variedad insignia de la zona, fue muy acompasado del Macabeo, y la Parellada, situada a 700 mts de altitud y de ciclo vegetativo largo, llegó a su punto óptimo de maduración a inicios de octubre.
Las variedades blancas, como la garnacha, la cariñena blanca, la malvasía de Sitges, la xarel·lo, la macabeo…. Se han vendimiado con una acidez muy equilibrada y el nivel de azúcares ha sido el adecuado para cada tipo de vinificación.
Referente a las variedades tintas, como la sumoll o la garnacha tinta, han tenido una muy buena maduración fenólica que ha ido en paralelo con la maduración tecnológica, haciendo que la vendimia fuese muy gradual.
Auguramos una gran añada de la que destacamos la calidad y sanidad de todas las variedades de uva de nuestras 5 fincas situadas entre los 170 y los 750 metros de altura, donde los suelos y los microclimas les confieren unos rasgos muy bien diferenciados.